Sentado
en aquel bar, detrás de unos cristales, veía como la gente pasa a
mi lado observando, lo que tomaba, lo que bebía, lo que leía, lo
que hacia. Esto me hizo reflexionar, sobre el interés que tiene el
hombre, en encerrar en jaulas a los animales, en quitarles la
libertad que poseen.
A
la gente le gusta observar, a veces me parece que es algo que viene
dentro de la naturaleza humana, un especie de voyerismo, de ver lo
que los animales hacen desde una barrera, sin sentirse objetos de
miradas extrañas, siendo ellos los únicos ojos que se clavan en
aquellos seres, imaginándose escenas en las que el hombre es el rey
, el único capaz de dominar aquellas bestias, que se encuentran al
otro lado de la reja.
Pensamos
erróneamente que la tierra esta para servirnos, que si quiero ver a
un animal salvaje , lo único que tengo que hacer es sacarlo de su
habita natural y encerrarlo. Abandonarlo en aquel cubo pequeño y
artificial, donde da vueltas de un lado para otro, volviéndose loco
mientras añora su hogar.
Es
cierto que hay lugares en los que se les deja extensiones de terreno,
donde tiene más espacio y donde pueden sentirse más libres, pero
aun así son animales y igual que nosotros seguramente echaran de
menos el lugar en el que nacieron, pues igual que nosotros aunque nos
cueste reconocerlo somos animales . Unos animales que pensamos, que
razonamos, aunque a veces no se para que nos sirve.
Alguien
puede pensar que estos lugares pueden servir para recuperar especies
que se están extinguiendo que están desapareciendo de la faz de la
tierra, esto es cierto, pero reflexionemos y hagámonos la siguiente
pregunta:
¿
Porque están desapareciendo ?
No
sera casualmente por la mano del hombre , que dentro de su falsedad y
para para poder limpiar su conciencia los encierra con la creencia
que los esta salvando de la misma mano que los esta matando.
A
veces queremos que nuestros hijos los vean, que puedan ver aquellos
animales que el hombre esta exterminando, para que en sus cabezas se
quede la idea de aquel león, que tiene la mirada perdida, es un
animal feliz. Pero yo prefiero que vean un documental en la
televisión y que sepan donde realmente aquellos seres son felices y
realmente libres. Es más cómodo para la humanidad, pagar una
entrada, que invertir ese dinero en que su habita natural sea
destruida. Cada uno tiene su hogar, su lugar en este mundo y no creo
que aquel sea el suyo, un cuadrado sin salida, sin escapatoria.
No
se para que pienso tanto, así que apuro mi cerveza y salgo de aquel
lugar, echando antes una mirada atrás, observando a la gente que aun
quedaba allí detrás de aquel cristal. Una sonrisa surgió de mis
labios, a lo mejor estaba yo equivocado y en aquel instante yo estaba
mirando a unos hombres encerrados en una jaula de cristal, en un
mundo en el que se creían libres y que en realidad no eran más que
otros animales enjaulados observados por la sociedad.
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