Un
día sentado en mi habitación y sin nada que hacer, me puse a pensar
que objeto podía representar mi personalidad, de aquellos que me
rodeaban. Me puse a mirar y observe que había una estufa, pero no
podía ser yo ya que no doy calor, había un sofá ...... no doy
comodidad, una silla..... no tengo los pies en el suelo y una
mesa.....aunque sirvo comida tengo la manía de traerla fría.
Solo
me quedaba un objeto, que apagado delante mio se encontraba, y como
si de una luz que atrae a los mosquitos, me llamaba para encenderla.
Ese era mi objeto, supongo, que a esta altura ya creo que se puede
adivinar de cual se trata. Si esa caja tonta que a todos nos atrae
como si fuéramos fervientes seguidores de una nueva religión, por
si alguien no lo a averiguado me refiero a la televisión.
La
televisión ofrece diversión, como yo, pero es efímera y cuando se
apaga se la lleva consigo. Ofrece según dicen realidad, pero es
falsa, pues cuando sales a la calle te das cuenta que es la
apariencia de algo que se ve con los ojos de quien lo cuenta o de
como te lo quiere contar, siendo esta una simple fantasía, que es
como yo creo que soy. Un hombre sin vida que se inventa las noticias
para atraer a la publicidad.
En
la televisión veo series, en las que me gustaría ser el
protagonista, sentir que mi vida no es vacía, por lo tanto me
escondo en la imaginación de los demás, perdiendo la capacidad para
viajar y pensar por mi mismo. La televisión es basura y así es como
me siento, como una gran caja vacía llena de rencores, cotilleos y
miedos que se esconden detrás la imagen del intelectual barato, que
no sabe lo que dice, pero como lo dice en la televisión tiene que
ser verdad. No encuentro más palabras, pero si encontrado mi objeto,
Soy una televisión en blanco y negro.
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