La Cigarra y la Hormiga
Cantaba la Cigarra
Pasó el verano entero,
Sin hacer provisiones
Allá para el invierno;
Los fríos la obligaron
A guardar silencio
Y a acogerse al abrigo
De su estrecho aposento,
Viose desproveída
Del preciso sustento:
Sin moscas, sin gusanos,
Sin trigo, sin centeno.
Habitaba la Hormiga
Allí tabique en medio,
Y con mil expresiones
De atención y respeto
La dijo : " Doña Hormiga,
Pues que en vuestro granero
Sobran las provisiones
Para vuestro alimento,
Prestad alguna cosa
Con que viva este invierno
Esta triste Cigarra,
Que alegre en otro tiempo,
Nunca conoció el daño,
Nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme;
Que fielmente prometo
Pagaros con ganancias,
Por el nombre que tengo. "
La codiciosa Hormiga
Respondió con denuedo,
Ocultando a la espalda
Las llaves del granero :
" ¡ Yo prestar lo que gano
Con un trabajo inmenso !
Dime, pues, holgazana,
¿ Que has hecho en el buen tiempo ? "
" Yo, dijo la Cigarra,
A todo pasajero
Cantaba alegremente,
Sin cesar un momento. "
" ¡ Hola ! ¿ Con que cantabas
Cuando yo andaba al remo ?
Pues ahora, que yo como,
Baila, pese a tu cuerpo. "
El Zagal y Las Ovejas
Apacentando un Joven su ganado,
grito desde la cima de un collado:
" ¡ Favor !, que viene el lobo, labradores ".
éstos, abandonaron su labores,
acuden prontamente,
y hallan que es una chanza solamente.
Vuelve a clamar, y temen la desgracia;
segunda vez los burla. ¡ Linda gracia !
Pero ¿ que sucedió la vez tercera ?
Que vino en realidad la hambrienta fiera.
Entonces el Zagal se desgañita,
y por más que patea, llora y grita,
no se mueve la gente escarmentada,
y el lobo le devoro la manada.
¡ Cuántas veces resulta de un engaño,
contra el engañador el mayor daño !
Félix María Samaniego ( 1745-1801 )
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