Empieza
el partido, me siento en el sofá con mi equipación reglamentaria.
En una mano la cerveza y en la otra los ganchitos y cerca el mando,
para rebobinar y no perderme ninguna jugada importante. Enciendo la
televisión, están en anuncios, da igual iré haciendo algo de
ejercicio, abro la cerveza y le pego un trago, la dejo a un lado,
abro los ganchitos y me meto un puñado en la boca, nadie podrá
decir que no hago deporte con los brazos, así durante noventa
minutos, en diferentes series dependiendo del hambre y sed que tenga.
Comienza........., primera jugada polémica, me levanto y grito a la
televisión, pensando que con esa actitud fuera a cambiar algo, pero
no es así. Realizo me segundo ejercicio, sentadillas, cada vez que
me levanto y me acuerdo de la madre del árbitro, mis piernas se
flexionan. Este ejercicio depende de lo bueno que sea el árbitro y
de lo que favorezca a mi equipo, aquí no hay series, solo un
entrenador personal que lleva silbato.
Pasan
los minutos y la cerveza se me ha acabado, me levanto y voy a la
nevera. Aquí he cometido un error de logística, tenía que haberme
dejado unas cuantas al lado del sofá, ya que hacer más trabajo
físico del necesario puede ser malo para la salud, aunque si lo
pienso bien este podría ser mi tercer ejercicio, incluso más
completo que los anteriores, pues ejercito brazos (levantarme del
sofá), piernas (caminar hasta la nevera) y además incluye esprín,
ya que si oigo que aumenta el volumen de la televisión, tengo que ir
corriendo a ver que es lo que ha sucedido. Podría rebobinar con el
mando, pero la emoción de verlo en directo no tiene precio. Vuelvo a
sentarme, pasan los primeros cuarenta y cinco, con los ejercicios
rutinarios de brazos, cerveza y ganchitos. Es el descanso y comienza
el cuarto ejercicio, me levanto (sentadillas), voy al servicio
(camino), me bajo la cremallera y meo. Este ejercicio, en su parte
final, sirve para ver la agilidad que uno tiene en los dedos, por un
lado bajarme la cremallera y por otra parte encontrarse la polla
entre tanta grasa acumulada durante años de sofá. Me dirijo a mi
trono, hago estiramientos y cintura antes de sentarme, comienza la
segunda parte.
Comenzamos
con los ejercicios de brazos, pero le añadimos una dificultad, los
ganchitos caen al suelo y se esconden debajo del sofá. Este
ejercicio es complejo, pues hay casos documentados que dicen que
puede provocar lesiones en el hombro, incluso dislocaciones de este.
Alargamos el brazo para poder cogerlos, añadiendo el inconveniente
de que no los vemos y que son nuestros dedos los que tocan el suelo.
El brazo con el que se realiza esta actividad depende del lado del
sofá en el que caigan. Además, hay que mirar lo que te metes en la
boca, ya que hay gente que sé a llegado a meter, pelusas de polvo de
años allí acumuladas.
Jugada
polémica, gritos y ejercicios gesticulares delante de la tele, el
árbitro pita penalti, en contra de mi equipo. Aquí en este punto se
realizan ejercicios variados e incluso un poco caóticos, flexiones
de rodillas, andar en círculos manteniendo un pie fijo, brazos
arriba y abajo, movimientos de cuello, a veces se puede llegar a
hacer pecho, cuando uno se lo golpea estilo Tarzán. Hay que tener en
cuenta que los penaltis tienen el efecto tensión y relajación.
Tensión cuando se tira, relajación si se falla e ira si se lo meten
a tu equipo, en este caso fue errado (relajación).
El
partido se está acabando y el ejercicio que engloba a todos los
demás no se está realizando, pero llega una internada por la
derecha y.........!!!!!!!GOOOOOLLLLLLL¡¡¡¡¡¡¡¡¡.
Todos
los ejercicios en uno, levantamiento de brazos, giros de cintura,
salto, carrera corta, flexiones de piernas, esprín (ir a toda prisa
al balcón para gritar el gol), en algunos casos dependiendo de la
euforia, giros en el suelo y posiciones extrañas que ejercitan
músculos que hasta entonces eran desconocidos y por último
relajación, levantamiento de cerveza e ingestión de gusanitos.
Acaba
el partido, una ducha rápida por los sudores adquiridos y a dormir,
que mañana será otro día de duro ejercicio, pues hay liga de
campeones y por lo tanto más ejercicio.
2 Comentarios
Retrato perfecto de un futbolero. A confesión de partes... Bueno. Hagamos las paces. Me gusta tu desenfado y leí TODO hasta que saliste al balcón para gritar un gol (no sé para qué)Bueno. No sigamos. Te mando un beso (no sé por qué).
ResponderEliminarGracias o no no se . Un saludo
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