Sentado
en el sofá, perdido en pensamientos sin sentido, que no me llevan a
ninguna parte. Delante mío la tele, caja boba, que transmite las
mismas noticias de siempre. Aburrido y apático me encuentro, miro a
mi alrededor y no encuentro nada que hacer. Una mentira, que mi
subconsciente plantea, pues tengo la casa desordenada y mil cosas que
hacer, pero no me apetece, no tengo ganas. Meneo la cabeza de un lado
a otro, buscando una escusa para no levantarme, sin darme cuenta mis
manos ociosas, han bajado a mi pantalón y se han puesto a jugar en
la entrepierna, cuando quiero darme cuenta me estoy rascando. Algo
que antes parecía olvidado empieza a ponerse rígido, aquella
pequeña cosa, arrugada y perdida entre mis piernas empieza a crecer.
Creo que mi mente ya ha encontrado con que pasar el tiempo, con que
jugar un rato. Allí sentado con mi miembro entre las manos, como si
de un mando se tratara. Al principio solo es un juego para pasar el
rato, pero poco a poco se va estimulando otra sensación en mi
cerebro. Lo que era un simple pasatiempo se va convirtiendo en una
excitación, que lentamente como si estuviera tocando un taco de
billar, se va poniendo dura. Por mi cabeza pasan mil imágenes de
mujeres desnudas, que desean hacer el amor conmigo ya sean ellas
solas o en grupo. Hago una pausa, pues no sé si seguir con nubes en
mi mente o buscar un estímulo más real, como fotos de mis revistas
ocultas. Soy un clásico que todavía guarda bajo el colchón alguna
que otra revista de dudosa reputación, también puedo buscar por
Internet, ese lugar de pornografía barata, donde gente real disfruta
de sus sexos mientras yo observo como un simple mirón. No tengo
ganas de levantarme, pues si realizo ese acto podría ser que mi
pasión y mi mano se bajaran del camino empezado. Miro la televisión
y las mujeres que veo no levantan mi animo, no consiguen conectar con
mi imaginación y realizar con ellas actos perversos, bueno es como
algunos califican el tener sexo con otra persona. Noto que la lívido
se baja , apago aquel aparato que mi calor no aumenta más bien lo
apaga. Mejor me quedo en silencio, siempre he tenido buena
imaginación y recuerdos agradables de aventuras con mujeres que me
dieron su cuerpo pero me arrancaron el corazón. Me bajo los
pantalones y me reclino en el sofá. Comienzo a menear mi miembro,
suavemente no quiero que la cosa vaya con prisa, hasta que una voz en
mi cabeza me diga ya esta ahí la imagen buscada el momento adecuado
la mujer perfecta que tu imaginación ha creado para cumplir tus
deseos más ocultos. Pero no es la imaginación lo que hace que lo
mueva con más fuerza, sino los recuerdos olvidados de su cuerpo
entre mis manos. Aquella noche en la playa, en que la que hicimos el
amor, sin importarnos el presente o el futuro, solo dos cuerpos
fusionados y llenos de pasión. Nos olvidamos de las miradas ocultas,
que en la noche se esconden, nos daban igual solo queríamos
disfrutar de nuestros cuerpos, de mis labios en su silueta de venus y
los suyos en mi barco perdido. Aquellos recuerdos del pasado,
aumentaron mi ritmo y note como algo empezaba a evolucionar en mi
volcán al rojo vivo, no me importaba donde aquel líquido fuera a
parar, mis músculos se contrajeron y cuando al final todo aquel
veneno salio, mi cuerpo se relajó, sintiendo un placer que no se
puede describir con palabras. Las imágenes empezaron a desaparecer
de mi cabeza de la misma manera que tú desapareciste aquella noche
de verano. Paso un rato mientras miraba, el techo de la habitación,
con mi miembro en mi mano y un líquido espeso recorriendo mi pierna.
Ya no estaba aburrido, estaba relajado y el sueño empezó a
invadirme como un manto que quisiera cubrir mi cuerpo. Me deje
conquistar por este y allí me encontraba, en una escena surrealista.
Mi cuerpo todo estirado, con los pantalones por las rodillas y mi
pene agarrado por mi mano, como si fuera un pájaro al que no
quisiera dejar escapar. Y supongo que volví a soñar contigo, con
aquella noche de verano, pues cuando desperté, algo se había
despertado conmigo, algo se había puesto duro, y no era porque
tuviera ganas de ir a mear, sino porque mi miembro quería jugar con
las imágenes con las que había vuelto a soñar, quiera volver a
tocar el mando pero no quiero cambiar de canal.
5 Comentarios
Muy pero que muy bueno, es tan real que consigues que la pasión vaya a tu ritmo, mi felicitación.
ResponderEliminarBesos
tRamos
me gusta que os guste. Un saludo y gracias
ResponderEliminarAuténtico, narrado de manera que te hace sentir el momento. Besos!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Un saludo
ResponderEliminarExcelente relato. Me ha encantado.
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